lunes, 22 de diciembre de 2008

Tiempo

En este tiempo la incertidumbre es rutinaria, mis poderes se desvanecen en el etéreo polvo sangriento de las acusaciones paganas, me absorven y yo los odio, estúpida sensación de los mayores infantiles. En este tiempo de Dios, ni él me cree, le ruego a los santos y no me escuchan, entonces admito este tiempo, más el mal me llama, quiere matarme, me persigue en su carruaje emborrachado de lujuria, ironía y asco, pero es el tiempo de Dios y también de la soledad, llamo a un musa y también me aparta, se revuelca satánicamente!!! entonces trato de esconderme de estos personajes patéticos que se suman, y viene el destino, y no llegas nunca, y como sé que no llega, extraño el futuro que no conozco, los desconozco y cierro la puerta del cementerio para irme a dormir; es ella quien es todo y no sé cuando la veré.

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